La casa se sitúa en Malinalco, localidad rural poblada sobre todo por sencillas casas de descanso. si bien el predio colinda con el pueblo, goza de magníficas vistas de los cerros y la naturaleza que lo circundan.
La construcción, lejos de competir con el paisaje, tendría que integrarse a éste. Por otro lado, para el interior, los propietarios habían ya tomado una decisión: lo amueblarían principalmente con piezas de estilo clásico contemporáneo.
La decoración se complementaría con algunos objetos más modernos y con obras de arte contemporáneo de su colección.